miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿ Qué son los juros?


Se puede definir los juros como la primera versión de la deuda pública en la Corona de Castilla.  Son conocidos desde el siglo XIII, su colocación a cambio de numerario no se inició hasta el XIV. Hay tres clases de juros: vitalicios, perpetuos y al quitar, estos dos últimos son casi idénticos en la práctica, puesto que nunca se amortizaban los juros al quitar. Los vitalicios se cancelaban sin amortización, habitualmente al cabo de dos generaciones, por lo que su interés era mayor (12,5 y 14,3%).
Al no haber unidad de tesorería, la deuda seguía de modo inmediato a la renta mediante la fórmula del situado, por el que se concedía al titular el derecho a recibir sus intereses sobre una contribución y un lugar determinado. La diferencia de previsión de cobro de cada renta o lugar explica el interés por mudar, o sea trasladar la situación de la deuda de rentas de menor garantía a rentas de previsible mayor garantía.
Tras la quiebra de Felipe II a la muerte de su padre Carlos V, con la suspensión del pago de los asientos (17 de abril de 1557), el arreglo de la deuda procedente de los asientos impagados se pudo llevar a cabo recurriendo a la creación masiva de juros. Las Cortes de Toledo de 1559-1560 lograron la constitución de una junta de medios que elaboró un estudio sobre el valor de rentas y situados, con vistas a su consolidación. El total debía acercarse a 10.000 millones de maravedís, y la masa anual de intereses superaba los 550 millones. La deuda flotante y los atrasos suponían 1.950 millones. El decreto de 14 de noviembre de 1560 consolidó el sistema al pagar a los asentistas con juros al 5%, que se elevaban al 7,1% en el caso de los mercaderes y particulares perjudicados por el secuestro de las partidas procedentes de América. La inseguridad del sistema, dependiente de tales rentas de percepción irregular, parece un precedente de otras situaciones posteriores, como el caso de Law en la Francia de comienzos del siglo XVIII.
Los juros tuvieron una prolongada vida que permitió con muchos altibajos mantener la Hacienda de la Monarquía Hispánica hasta el final del Antiguo Régimen. El primer tercio del siglo XIX, con la Guerra de Independencia, la Independencia Americana y la Guerra Carlista hundieron definitivamente el crédito público que sólo pudo recuperarse con la Desamortización.

*Grupo 4: Alberto Arroyo, Carlos Castillo, Javier Martínez y Julio López

1 comentario:

  1. Añadir que todavía es un tema sobre el que queda mucho por investigar, en especial en lo relativo a su mercado secundario. Hace poco tiempo, el prof. C. Álvarez Nogal publicó una monografía sobre el tema, cuya editorial fue el Banco de España (existe versión .pdf que sólo hay que buscar en internet).

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