La figura de Adam Smith ha
constituido uno de los principales campos de batalla dentro de la discusión
intelectual que despertó el nacimiento de la economía como disciplina autónoma,
indisolublemente ligado al desarrollo del capitalismo a partir del empuje de la
Revolución Industrial (y obviamente, por lo tanto, a conflictos mucho más
concretos que meras disputas teóricas). Considerado mayoritariamente como el
padre fundador de la economía en tanto que disciplina autónoma, la originalidad
de su aportación intelectual es objeto de dudas, así como su clasificación como
economista y el sentido global de su obra. Pilar base del posterior desarrollo
del pensamiento liberal, del que es considerado iniciador y referente básico,
jamás participó de unos principios que no se estructurarán hasta después de su
muerte (recordemos que el origen del término liberal suele asociarse al proceso
constituyente de las Cortes de Cádiz).
La
propia obra de Smith no hace sino facilitar estas confusiones (aunque esto no justifica
su manipulación en pos de unos determinados intereses), dado que la riqueza de
sus escritos tropieza a menudo con una cierta desestructuración e indefinición. Dentro de su obra capital, La Riqueza de las Naciones, han querido
(y podido) verse expuestas teorías diversas y contradictorias en torno a muchos
de los temas tratados, mientras que la relación entre el conjunto de su obra es
también fuente de constante debate. A pesar de ser conocido por su aportación a
la disciplina económica, Smith se mantuvo casi toda su vida más cercano al
campo de la filosofía, labor que se tradujo en una diversa producción escrita
que abarcaba desde ensayos sobre poesía hasta incursiones en la astronomía. En
este punto cobra especial relevancia La
teoría de los sentimientos morales, su pieza más destacada al margen de La Riqueza de las Naciones, que supone
un trabajo destacable, aunque no original, sobre filosofía moral. Es en la
coherencia entre estos dos libros donde la controversia sobre el conjunto del
pensamiento smithiano y su estructuración ha centrado sus principales
cuestiones.
Independientemente de las
consideraciones que puedan hacerse sobre el resto de su obra y de cómo encaja
el conjunto de ésta, su producción más destacada es sin duda la célebre La Riqueza de las Naciones, denominación
común con la que suele resumirse el más extenso título de Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las
naciones. Desde su publicación en 1776 conoció una rápida y extensa
difusión, logrando un éxito inmediato que le valió a Smith ser considerado el
fundador de la ciencia económica. Pero lo cierto es que, aunque ha querido
verse aquí la primera muestra de de un pensamiento económico sistematizado,
este texto es una confluencia de elementos procedentes de la tradición
económica previa, digresiones difusas, exposiciones contradictorias, agudas
críticas, curiosos ejemplos y numerosos datos, sin llegar a conformar en
realidad una exposición totalmente ordenada.
De este modo, tal y como señala
Perdices de Blas, dentro de La Riqueza de
las Naciones pueden encontrarse esbozabas diversas teorías diferenciadas
sobre temas centrales del pensamiento económico como pueden ser la teoría del
valor (Perdices de Blas distingue hasta cuatro posibles teorías) o los salarios
(cinco). La teoría del valor sería el punto base de todo el modelo económico
smithsiano y el elemento fundamental sobre el que giraría a partir de entonces
el desarrollo posterior de la disciplina. Obviando la espinoso cuestión de la
relación entre valor de uso y valor de cambio, Smith centra su análisis en el
segundo proponiendo lo que podría definirse como “teoría del valor-trabajo” que
puede llegar a matizarse en una “teoría coste de producción”. El primer modelo
explicaría el valor como el reflejo del trabajo incorporado durante la
producción de una determinada mercancía. Atendiendo a las diferencias entre
tipos de trabajos se llega, a través de la consideración de los salarios como
elemento determinante, a la teoría coste de producción, siendo la suma de los
factores trabajo, tierra y capital los definidores del precio. Esta teoría del
valor enlazaría directamente con otra de las aportaciones más destacadas de
Smith al pensamiento económico, la diferenciación entre precio de mercado y
precio natural. Siguiendo estas categorías el precio natural supondría aquello
que obtenemos por la teoría del valor, mientras que el precio de mercado sería
el resultado de las fluctuaciones que la práctica económica conocería en torno
a este primer precio natural, atendiendo a la ley de la oferta y la demanda.
Si el
precio natural cubre el factor trabajo, capital y tierra, esto supone entrar a
considerar beneficios y salarios, que conforman los dos primeros elementos.
Salarios y beneficios los analiza Smith de un modo conjunto, dado que la teoría
que analiza la lógica de los salarios explica también el funcionamiento de los
beneficios. La teoría del fondo de salarios consideraría estos como la cuantía
que el capitalista dedica a satisfacer las necesidades de sus trabajadores a
cambio de hacerse con el fruto de su trabajo, por lo que el salario sería un
adelanto del futuro beneficio. La relación entre la cantidad de capital
disponible para este fondo de salarios y la demanda de trabajo explicaría las
dinámicas de los salarios, en una relación constante que a largo plazo Smith
considera de un modo optimista, creyendo sortear la ley de bronce (salarios de
subsistencia) viendo un progreso de las condiciones de los trabajadores en un
supuesto mayor crecimiento a largo plazo de la demanda que de la oferta de
trabajo, lo que eliminaría las restricciones que plantean los análisis
relacionados con las barreras planteadas por el crecimiento demográfico y los
medios de subsistencia disponibles. Pero en este punto hay que señalar de nuevo
la variedad de las consideraciones presentes en la obra, puesto que Smith
plantea también un conjunto de reflexiones sobre la relación entre la cuantía
de los salarios y las relaciones de negociación entre trabajadores y patrones.
En este punto aparecen algunos de los elementos críticos más pesimistas de la
obra de Smith, algo que se hará presente también al tratar los efectos
deshumanizadores de la división del trabajo, aunque a este respecto mantendrá
una posición ambigua, alabando por un lado sus virtudes productivas y
considerándolo fuente de progreso y por otro criticando sus peligrosas consecuencias
sobre el trabajador.
El
funcionamiento de todo este modelo viene determinado en última instancia, según
Smith, por la determinante necesidad de contar con el ahorro de los
capitalistas, esto es, la necesidad de la reinversión constante de los
beneficios, como presupuesto básico de la evolución económica en el marco de un
modelo de competencia. La correcta evolución de la economía depende por lo
tanto de que este ahorro se incorpore a la producción, sin que exista ninguna
fuga en este proceso. Pero el elemento básico que pone en funcionamiento todo
esto sería, como ya es sabido, el interés privado, que impulsado a través de la
competencia se traduciría en el beneficio común. Pero no debe confundirse este
principio, que supone un axioma de partida para sustentar toda la argumentación
de Smith, con las reinterpretaciones que se han ido haciendo desde los sectores
del liberalismo más extremista y simplista. Smith concede una importancia
destacada al papel jugado por el Estado y las instituciones en diversas esferas
(educación, defensa, obras públicas, etc.), y el Derecho adquiere una
relevancia fundamental en toda su obra. En este punto las conexiones entre La teoría de los sentimientos morales y La riqueza de las naciones son más
fuertes que nunca, dado que en ambas se le reconoce a la Justicia el carácter
de pilar básico que garantiza el funcionamiento de toda la estructura social.
Este punto le aleja bastante de la tradición liberal en la que ha querido
sumergírsele de un modo tendencioso y anacrónico, posibilitando muchas otras
formas de lectura del pensamiento de Adam Smith, una necesidad imperiosa debido
al uso y abuso que ha sufrido su obra desde determinados sectores intelectuales
y la gran cantidad de prejuicios y cargas acumulados a su alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario