LA FISIOCRACIA
Como segunda tarea,
ya tratada en clase, el grupo 4 se ha encargado de estudiar y analizar el texto
El pensamiento económico en la Francia del siglo XVIII. La
composición aparece claramente fragmentada en diversos apartados, en cada uno
de los cuales se intenta explicar y mostrar al lector cómo han ido
evolucionando las teorías fisiocráticas desde sus antecedentes hasta sus
continuadores y en qué aspectos se refleja cómo la fisiocracia podría ser el
embrión de la teoría de liberalismo económico de Adam Smith.
De este modo,
el texto comienza con una introducción en la que se cita las condiciones
sociopolíticas en las que se hallaba Francia en el siglo XVIII, marcada por el
revocamiento del Edicto de Nantes, la política industrialista de Colbert
durante el reinado de Luis XIV, el surgimiento del racionalismo como sistema de
pensamiento o la Guerra
de los Seis Años que este país libró contra Gran Bretaña en América.
En esta
marabunta de acontecimientos y ante, sobre todo, el retraso económico que
padecía Francia con respecto a Gran Bretaña, dos pensadores económicos
postularon una seria de soluciones ante tal clima de retraso. Uno de ellos era
Pierre le Pesant, señor de Boisguilbert, en cuya creencia mostraba como
solución económica el hecho de que la propia economía debía regularse por sí
misma, los precios debían ser los suficientemente altos como para crear
beneficios y la sociedad se dividiría en dos partes, es decir, en trabajadores
de la tierra y el “beau monde” o aquellos propietarios que por medio del gasto
y los ingresos que en consecuencia obtuvieran permitiesen que el resto de la
población prosperase. El otro pensador fue Sebastien le Pretre, señor de
Vauban, el cual abogaba por una reforma fiscal que consistiese en aunar cierto
número de impuestos en uno único, siendo esta idea asunto capital para los
fisiócratas más adelante.
Avanzadas
unas líneas, el ensayo continúa con una lectura de las ideas troncales que Richard Cantillon manifiesta acerca de
una economía ideal en la
Francia de su tiempo, las cuales plasmó en la obra Ensayo sobre la naturaleza del comercio en
general. Así, resume que la tierra es la fuente de riqueza, pero no es otra
cosa que los alimentos; siendo el valor proporcionado por la tierra y el
trabajo. O lo que es lo mismo, la cantidad de tierra necesaria para la
producción es la medida del valor.
Como
fuente de inspiración de estas tres corrientes semejantes de pensamiento
económico nace la fisiocracia de la mano de Víctor Riquetti, marqués de
Mirabeau, y por encima de todos a través de François Quesnay. En el texto,
antes de definir los conceptos principales de los fisiócratas, el autor define
su idiosincrasia como si fueran una secta, pues se creían inventores de una ciencia, además de ser un centro
gravitatorio que captaba cada vez más y más adeptos, a parte de realizar
alianzas con otros grupos para poder difundir su doctrina.
En
las siguientes páginas se cita que diversos autores como Dupont o Mercier,
difundieron las ideas fisiocráticas, analizando temas como el análisis de los
impuestos, la limitación del tipo de interés, la pequeña y gran agricultura o
el despotismo legal y el producto neto. Bajo la observación de estos asuntos,
la teoría fisiocrática se conceptualiza del siguiente modo. En primer lugar, se
cree en la existencia en la sociedad de un orden natural en el que la riqueza o
“producto neto” se obtiene gracias a la imposición de un impuesto único
(influencia de Vauban), una educación que genere productividad y un fomento del
desarrollo de una “gran agricultura” modernizada en sus medios y técnicas (a
diferencia de la “pequeña agricultura” que es considerada obsoleta por el uso
de bueyes y la explotación de pequeñas propiedades). Conjugados estos puntos,
también se propone que además y, por medio de ese orden natural, la idea de la
existencia de un despotismo legal, en el cual las leyes positivas debían
corresponderse con las leyes naturales y
el soberano que rigiese esa sociedad sólo le competería mostrar esas leyes y no
ser legislador de las mismas, siendo un
mero agente ejecutor. Por tanto, este sería el camino idóneo para el
establecimiento de un “buen precio” para el grano y el consecuente despegue de
la economía francesa, pues se mostraban en contra de una industrialización a
semejanza de Gran Bretaña.
Sin
embargo, la obra magna de la fisiocracia fue el Tableau Économique escrito por Quesnay. En este trabajo se
especifica de modo gráfico la dinámica idónea del ideal económico fisiócrata,
resumiéndose en que el gasto del agricultor debería ser la mitad de sus rentas
y no menos en productos agrícolas, necesarios o no, tachando al gasto
industrial como la clave de una menor producción, y por tanto, de un descenso
en el crecimiento económico.
Cabe
resaltar que todas estas propuestas de ideales económicos han sido estudiadas
con posterioridad, habiendo diferentes modos de vista. Por ejemplo, Marx
definía a la corriente fisiócrata como un sistema de capitalismo agrario, y
como tal, la reproducción burguesa del sistema feudal. También, destacó
Tocqueville en su percepción de cómo la fisiocracia se mostraba ambigua en
relación a la libertad, dado que no concebía un despotismo político con la
libertad económica y, de hecho, definió a los fisiócratas como “iliberales”.
Y
la última parte del texto que hemos analizado se nos muestra cómo la
fisiocracia evolucionó por medio de Jacques Turgot, ministro de Luis XVI que
tras realizar numerosas reformas fue sustituido de su cargo por dos años de
malas cosechas. A parte, fue uno de los primeros en proponer la teoría de los
cuatro estadios de la
Historia desde un tinte materialista. Pero, a colación con la
fisiocracia, Turgot le otorgó aires nuevos con su visión heterodoxa. En la obra
las Reflexiones marcó la frontera con
los fisiócratas, siendo menos dogmático y más abierto, subrayando la
importancia del ahorro como medio de inversión. No obstante, también se le liga
con Adam Smith en su concepción de criticar toda medida de limitarse el tipo de
interés, pues creía que debía ser regulado por el propio mercado, amparándose
en la propiedad privada y en libertad de actuación de cada individuo.
REALIZADO POR:
ALBERTO ARROYO
CARLOS CASTILLO
JULIO LÓPEZ
JAVIER MARTÍNEZ
Pedimos disculpas por el formato del texto, las sangrías de cada párráfo ( cada una se coloca como quiere) no somos capaces de colocarlas en su sitio y por el listado de integrantes de grupo, en el cual Javi sale descarriado.
ResponderEliminarNo ha salido tan mal...
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